viernes, 2 de septiembre de 2011

EL HOGAR DE LOS NOMADAS en el corazon de un niño

Verano, en la Aldea, aquí aún existen aldeas, un circo.
Al orilla del Mar, son las dunas las que delimitan los incansables territorios.
Con el Océano de fondo, y un cielo que plagia todas las fiestas y todos los dramas,
fondean caravanas fatigadas, usadas por las rutas y sus voces,
con los aplausos como pájaros blancos revoloteando en los ojos de los rapaces niños,
únicos testigos de las horas risueñas que inapreciables para los adultos
trenzan promesas en las palmas de sus manos. Una bandada de aplausos, de risas, de oooooossss!!
ocupan la tarde de luz viva, la melodía de la luz corrobora la emancipación de los vuelos.
¡¡¡TARDE DE CIRCO EN LA ALDEA!!!
foto de K.
El Circo siempre fue el hogar nómada que soñó mi corazón. Era el circo el que haría posible la deseada fuga de casa. El Circo, ñas mas tarde, cumplió con creces la inocente necesidad de buscar un lugar en el cual, como en un aleph, estuvieran todos los lugares habitables y que todo ser humano leva dentro como un proyecto, cuya realización otorga la humilde realidad de ser uno mismo.
foto de K.

foto de k.


foto de Gvich


foto de Gvich

foto de Gvich

foto de Gvich

foto de Gvich

foto de Gvich

foto de Gvich

foto de Gvich

foto de Gvich

foto de Gvich

foto de Gvich

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